LA IMPORTANCIA DE LA EXFOLIACIÓN CORPORAL.

¿PORQUÉ ES NECESARIA LA EXFOLIACIÓN CELULAR?

   

A medida que vamos madurando, nuestro organismo va perdiendo progresivamente su capacidad para regenerar la piel de manera natural. Es por esto que a partir de los 30 años, tendemos a acumular capas de células muertas sobre nuestra epidermis, que nuestro organismo no es capaz de eliminar en su totalidad por sí sólo.

Estas acumulaciones, provocan que la piel tenga un tacto áspero y seco, con un aspecto, apagado, envejecido y acartonado, que llega a ennegrecerse en zonas dónde la acumulación de células muertas es significativamente mayor, generando manchas negruzcas en la epidermis.

Artículo: Labib Martínez. Asesor en tradición higiénica y estética andalusí de Biovegetalis.

ESTIMULAR LA REGENERACIÓN CELULAR.

Para estimular la eliminación de células muertas acumuladas, es aconsejable efectuar algún tratamiento de exfoliación al menos una vez cada 15 o 20 días. 

Con la exfoliación no sólo eliminamos células muertas adheridas a nuestra epidermis, toxinas y suciedad acumulada, sino que también estimulamos el metabolismo de nuestra piel para que genere nuevas células y que el ciclo de regeneración no se ralentice y siga siendo el apropiado en una piel sana.

LA EXFOLIACIÓN EN NUESTRA CULTURA MEDITERRÁNEA.

Los efectos beneficiosos para la salud de la exfoliación, se conocen en el Mediterráneo desde hace milenios. Ya los griegos y romanos, en las termas, calentaban la piel y  untaban aceite de oliva que hacían penetrar en la epidermis mediante enérgicos masajes. Seguidamente utilizaban un estrígilo metálico como el de la foto, para retirar las células muertas.

Hipócrates, que inspiró la tradición médica musulmana, no era partidario del estrígilo y recomendaba para el masaje de exfoliación, ásperos paños de lino que con el tiempo derivaron en lo que hoy conocemos como guante kessa.

El baño hammam, en todas sus variedades ( árabe, andalusí, otomana…) es una evolución de la terma romana, pero la terma romana no es una invención de Roma. Algunas teorías apuntan que, los tres pilones de agua ( fría, templada y caliente) se remontan a una costumbre ya practicada por íberos y tartésicos en el sur de nuestra península y adoptada en todo el imperio tras la conquista. No en vano, la Bética, era la provincia romana con mayor número de termas de todo el imperio.

Durante la época de Al-Andalus, el número de termas andalusíes era todavía mucho mayor. Córdoba llegó a tener más de seiscientas termas andalusíes en la época califal y no había medina, por pequeña que fuera, que no tuviera al menos dos termas públicas.

TRATAMIENTO DE EXFOLIACIÓN BIOVEGETALIS.

El tratamiento más efectivo y que nosotros proponemos lógicamente está inspirado en la tradición higiénica andalusí, por tanto se efectúa aplicando abundante agua corriente a diferentes temperaturas.

A continuación, pasamos a explicar con detalle cómo realizar este efectivo tratamiento de exfoliación de manera fácil y práctica en tu propio cuarto de baño.

Lo primero que debemos hacer es aplicar abundante agua caliente, podemos ir incrementando la temperatura progresivamente, de este modo podremos alcanzar una elevada temperatura sin tener sensación de estar quemándonos.

A continuación debemos aplicar la pasta de jabón negro certificada natural o el jabón BIO con barros del mar muerto o el jabón BIO con argán y Rhassoul.

Si utilizamos la pasta de jabón negro BIO, Tomamos una pequeña cantidad y la extendemos masajeando para que penetre en la epidermis. Repetimos esta operación hasta que notamos que nuestra piel ya no absorbe más jabón.

Si utilizamos los jabones, generaremos mucha espuma sobre la piel y la dejaremos actuar durante dos o tres minutos, masajeando para estimular su penetración en la epidermis.

El siguiente paso es volver a aplicar sobre la piel abundante agua caliente, al máximo de temperatura, pero que el calor nos resulte agradable, si sentimos que nos quema, bajamos un poco la temperatura. Posteriormente Dejaremos actuar el jabón en nuestra epidermis, entre 2 y 10 minutos.

Tras eliminar los restos de jabón y la espera posterior, llega el momento de exfoliar la epidermis corporal con el guante kessa. Recomendamos el kessa fino para pieles jóvenes y sensibles y el guante kessa tradicional para pieles maduras (a partir de 35 años). 

El guante se moja bajo el chorro de agua caliente y se masajea enérgicamente con movimientos circulares toda la superficie del cuerpo, exceptuando la cara.

Durante todo el proceso hay que mantener la temperatura alta en la piel, esto es fundamental para mantener los poros abiertos y que los principios activos del jabón negro certificado natural penetren en la epidermis, también porque se ablanda la piel, se dilatan los pequeños capilares que alimentan las células y se eliminan toxinas acumuladas que no son excretadas en la higiene diaria.

Con el masaje exfoliante, verás que vas arrastrando pequeños “rollitos” de piel muerta. Una vez masajeado todo el cuerpo, eliminaremos los restos de piel muerta aplicando abundante agua corriente. Empezaremos con agua caliente, para ir progresivamente disminuyendo la temperatura hasta acabar con agua fría, lo más fría que podamos aguantar.

Con el agua fría lo que conseguimos es contraer los pequeños capilares para estimular el retorno venoso desde las células y también contraer los poros para evitar que la contaminación ambiental pueda penetrar en nuestro organismo y preservemos por más tiempo la limpieza en profundidad que hemos conseguido.

Ahora tenemos la superficie de nuestra piel libre de células muertas y de impurezas. La piel nueva nos dará un aspecto radiante y saludable.

Es muy importante que nos sequemos con toallas muy limpias, en las que no hayamos utilizado suavizantes y detergentes químicos.

Ahora toca aportar muchos minerales para fortalecer el colágeno y la elastina de las células nuevas y continuar con el proceso de contracción de los poros. Para esto humedeceremos la piel con agua floral de rosa damascena BIO.

El último paso es estimular a nuestra epidermis para que vuelva a generar el manto hidrolipídico dermoprotector que la recubre y que nos protege de los agentes contaminantes y climatológicos del ambiente. Para ello aplicaremos nuestra crema corporal BIO con aceite de semilla de uva o cualquiera de nuestras mousses corporales BIO con manteca de karité virgen y de cultivo ecológico.

Tradicionalmente, para estimular el manto protector tras la exfoliación, se ha usado aceite virgen de argán BIO en el norte de África y aceite virgen de nigella sativa BIO en Oriente Medio. Estas también son muy buenas opciones y también las tienes disponibles en nuestra tienda on-line.

Pondremos poca cantidad, masajeando para hacer penetrar la crema y que ésta alcance y nutra hasta las capas intermedias de la epidermis.

¡Ya hemos terminado!... Notarás que tu piel está radiante, tersa, suave, elástica y con un color uniforme. La sensación de limpieza total, es casi indescriptible. Si no has hecho este tratamiento nunca antes, notarás que tu piel nunca ha estado tan limpia y saludable.

PERIODICIDAD.

Este tratamiento no se debe repetir en periodos de tiempo inferiores a 15 días, puesto que debemos dejar que nuestro organismo vuelva a tener acumulación de células muertas, para de este modo, no exfoliar células vivas y provocar irritaciones al desprender de nuestra piel células que todavía conservan su núcleo celular y que están conectadas al sistema de capilares venosos.

Esperamos que este artículo os sirva de guía para todos aquellos que ya habéis comprado nuestros productos de exfoliación corporal.

Todos aquellos que quieran adquirir los elementos necesarios para efectuar este tratamiento de exfoliación corporal andalusí, pueden acceder al siguiente enlace de nuestra tienda on-line: http://biovegetalis.es/24-hammam-andalusi

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