Artículo: Labib Martínez. Asesor en tradiciones higiénicas y estéticas del Mediterráneo de BioVegetalis.
Ampolla para perfumes de época nazarí. Museo de la Alhambra. |
La tradición islámica, ya en el Corán resalta la importancia de los perfumes presentes en muchos párrafos. No en vano, a los creyentes se les ofrece tras la muerte “ un paraíso perfumado de caudalosos ríos, árboles y jardines aromáticos…”.
En las mezquitas siempre se han esparcido sustancias aromáticas en el ambiente para recrear el aroma del paraíso islámico repleto de jardines floridos.
Con la llegada del islam a nuestra península y la introducción de las nuevas costumbres higiénicas preceptivas de la nueva religión, entre la población peninsular se despierta el interés por descubrir nuevos productos culinarios y aromáticos llegados de oriente.
Se inicia una búsqueda por todo Oriente Medio y Asia, para traer a través del Mediterráneo todo tipo de nuevas especias y variedades botánicas desconocidas en nuestra península hasta la época y que se convirtieron en elementos imprescindibles para el cuidado higiénico de los andalusíes, entre ellos el pomelo, el incienso, el sándalo, la mirra, el benjuí, la canela o el cardamomo.
mujeres con quemador de incienso y realizando manicua en hammam |
En los baños o termas arábigo-andalusíes, como grandes centros del cuidado higiénico y estético, no sólo se higienizaba la piel con jabones perfumados y se efectuaba todo tipo de tratamientos estéticos, también se perfumaba la piel con aceites vegetales, a los que se añadía aceites esenciales extraídos por destilación en alambiques (Al-Inbiq).
La introducción del alcohol en la perfumería andalusí llega a partir del siglo XIV. Se utiliza el alcohol por sus propiedades para esparcir las fragancias en el ambiente y conseguir que el perfume que llevamos pueda ser olido por las personas de nuestro alrededor.
PERFUMADO DE AMBIENTES EN AL-ANDALUS.
perfumando La Alhambra. |
Los aromas se clasificaban y se seleccionaban como más apropiados para cada estación del año o estado de ánimo, así por ejemplo para la primavera predominaba en las casas el aroma a jazmín, algalias y menta En verano: la rosa, el mirto y cítricos. En otroño: La albahaca y en invierno; la canela, el clavo, el palo aloé y el ámbar… entre otros.
En las casas más pudientes acudía un perfumista y diseñaba un perfume exclusivo para las diferentes estancias de la vivienda y para cada evento importante de la familia.
LA FAMA DEL PERFUME ANDALUSÍ.
Siglos antes de que los franceses comenzasen a elaborar perfumes y a tener fama como grandes perfumistas, en Al-Andalus, concretamente en Sevilla y Granada, los mejores perfumistas de la época rivalizaban con los creadores de esencias de los centros tradicionales del perfume en Medio Oriente, principalmente de Damasco y Bagdag.
El fabricante de perfume. |
Ampolla de perfume en el museo de La Alhambra. |
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